La colelitiasis o cálculos biliares, comúnmente llamados cálculos biliares, es una de las enfermedades de la vesícula biliar más comunes. Consiste en uno o más cálculos en la vesícula biliar, un órgano pequeño debajo del hígado que almacena bilis (el líquido producido por el hígado, que es esencial para digerir la grasa de los alimentos).
¿Qué contienen los cálculos llamados “piedras”?
Estos cálculos son depósitos sólidos que se forman y acumulan en el interior de la vesícula biliar, lo que puede ocasionar diversas complicaciones, como obstrucción de la vía biliar que impide la descarga de bilis, infección o colecistitis. Estos depósitos pueden consistir en colesterol, bilirrubina o sales biliares y varían en tamaño. Cuando un cálculo grande bloquea la vesícula biliar o uno de los conductos biliares, puede provocar un cólico biliar.
Prevalencia de cálculos biliares
Los cálculos biliares son una de las principales enfermedades del sistema digestivo, con una alta prevalencia en China. La colelitiasis es una enfermedad más común entre mujeres y personas mayores de 50 años, aunque existen otros factores de riesgo relacionados con la aparición de la enfermedad, como la obesidad, antecedentes familiares, diabetes o cirrosis.
Los síntomas más comunes de los cálculos biliares
En cuanto a la sintomatología, cabe señalar que no todos los pacientes presentan signos de dolor o presencia de cálculos biliares, y en ocasiones se encuentran cálculos durante los exámenes de rutina u otras pruebas de control médico. Sin embargo, los cálculos más grandes suelen causar dolor, inflamación o calambres. Incluso en algunos casos, la enfermedad puede ser más grave y causar complicaciones que conducen a colecistitis aguda, pancreatitis o peritonitis biliar.
Los principales síntomas de los cálculos biliares o cálculos biliares son:
- Cólico biliar: Dolor intenso repentino que aparece en el lado derecho del abdomen y puede irradiarse al hombro o omóplato derechos
- Digestión intensa, náuseas y vómitos.
- Fiebre y escalofríos
- Ictericia
Cómo diagnosticar cálculos biliares
En base a la historia clínica y los síntomas descritos por el paciente, existen diferentes pruebas para diagnosticar esta patología. Generalmente, se suelen realizar las siguientes acciones:
Prueba de análisis. El análisis de sangre mostrará los parámetros que indican un drenaje de bilis correcto.
Las pruebas de diagnóstico por imágenes, como las ecografías abdominales, son especialmente eficaces en estas situaciones. Además en algunos casos, se requieren otras pruebas, como la tomografía computarizada abdominal o la resonancia magnética de colangio.
Tipos de tratamientos para los cálculos
El método de tratamiento variará según el estado y la gravedad de la enfermedad y los síntomas que presente el paciente. Por tanto, en pacientes con colelitiasis asintomática no se requerirá cirugía y se realizará un seguimiento detallado para conocer la progresión de la enfermedad, mientras que en pacientes con síntomas o complicaciones se seleccionará tratamiento médico o quirúrgico.
Si se encuentran cálculos biliares, se recomienda una cirugía laparoscópica o mínimamente invasiva para extraer los cálculos. En este tipo de cirugía laparoscópica, “el dolor postoperatorio es leve o moderado en las primeras 24-48 horas y se alivia con la analgesia de rutina. Además, el regreso al trabajo y la vida normal suele ser en una semana dentro. Tratamiento quirúrgico. Otras ventajas de este programa son:
- Acortar la estancia hospitalaria
- En comparación con la cirugía abierta, el riesgo de complicaciones es menor
- El cuidado de las pequeñas incisiones es más fácil.