Se le denomina quiste a cualquier lesión rellena de líquido. Cuando estos quistes se localizan en el hígado pasan a denominarse quistes hepáticos.
En numerosas ocasiones, estos no producen síntomas y se diagnostican después de realizar alguna exploración del hígado mediante una ecografía o TAC. Muchas personas suelen tener quistes pequeños que no necesitan tratamiento ni seguimiento por parte de un profesional médico.
En otras ocasiones los quistes pueden ser múltiples y de mayor tamaño, con origen parasitario, hereditario o de otro tipo, que pueden necesitar un seguimiento más intensivo. Este tipo de pacientes necesitarán otras pruebas diagnósticas y de manera eventual un tratamiento médico-quirúrgico.